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en cuestion por el camino opuesto al que surcaban nuestros émulos. El resultado probó la exactitud de su raciocinio.

Salió de Sevilla Magallanes con cinco buques montados por 234 hombres y abastecidos de víveres para dos años, el 10 de agosto de 1519: tuvo que sujetar una insureccion, en la que fue apuñalado uno de los comandantes, por cuyo motivo mandò ahorcar al cabeza del motin; descubró (1.0 de noviembre de 1520) el estrecho á que dió su nombre, en donde perdió un buque; se le desertó otro que regresò á España, y con los tres restantes surcaba una mar por níngun europeo antes visitada, en busca de las Molucas, cuando el domingo de Lázaro se halló á la vista del Archipiélago de Filipinas que llamó de San Lázaro. El dia de pascua de flores desembarcó en el pueblo de Batuan de la isla de Mindanao, en donde mandó decir misa. De aqui hizo vela para Cebú, y al pasar por la isla de Dimasaua contrajo amistad con su régulo, el cual le acompañó a Cebú, en donde fué tan bien recibido, que su reyezuelo Hamabar, junto con su familia, otras jentes del pais y el jefe de Dimasaua abrazaron la relijion cristiana. Al reyezuelo, empero, de una pequeña isla vecina llamada Mactan no le agradaba la presencia de nuestros buques y retó á Magallanes. Este desembarcó en la isla con 50 españoles: acometió á los naturales por un terreno inundado y cubierto de bosque, recibió un flechazo, del que murió, asi como otros seis españoles mas, retirándose los restantes á bordo: para reemplazar á este malogrado gran hombre, escojieron los españoles á Juan de Serrano. Recelosos de que los de Mactan sedujesen á los de Cebú, dormian en los buques, pero no se retraian de ir de dia á tierra. No era infundado su temor, pues viendo los indíjenas que los españoles eran mortales como los demas, decidieron y meditaron su ruina. El régulo de Cebú convidó al jeneral español con toda su jen

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te, pero solo asistiò al convite con 24 compañeros. En medio del festin á una señal de Hamabar se echaron sobre los indefensos españoles una multitud de naturales armados y los asesinaron. Serrano, empero, pudo llegar hasta la orilla del mar con vida, y llamaba á los botes para que viniesen á salvarle, pero los de á bordo aterrados y temiendo caer en otro lazo estuvieron viendo la muerte que le dieron allí mismo. Juan Carballo tomò el mando de la escuadra ; quemó un buque por la escasez de jente y sin vengar el atentado referido se dirijiò hàcia las Molucas, objeto verdadero de la espedicion. El 8 de noviembre de 1521, llegò á Tidore, donde fueron los nuestros bien recibidos, compraron clavo, y el 21 de diciembre tenian los dos buques cargados de especies. Decidieron tomar cada uno distinta derrota el que debia dirijirse hácia América arribó á una isla de las Molucas, y fue apresado por los portugueses. Sebastian de Cano, que mandaba el otro llamado la Victoria, se fué por el cabo de buena esperanza y despues de haber perdido mucha jente en el viaje entrò en San Lucar de Barremeda el 7 de setiembre de 1522 siendo el primero que tuvo la gloria de dar la vuelta al mundo. Despues de esta espedicion se enviaron otras dos a tomar posesion de las Molucas que fueron desgraciadisimas. Cárlos 5.° se decidiò por fin á abandonar esta empresa, pero mas tarde pensó en aprovecharse del descubrimiento de Magallanes reduciendo las Filipinas. En consecuencia de sus órdenes envió el virey de Méjico una espedicion de cinco buques, que salió del puerto de Natividad el 1.o de noviembre de 1542 al mando de Villalobos. Llegaron á Sarragan en frente de Mindanao, y no pudiendo procurarse víveres ni aqui ni en otros puntos á donde despachó comisionados, se hizo á la vela hacia las Molucas, á pesar de que tenia las órdenes mas estrechas para no verificarlo por motivo alguno. Los portugueses recibieron á Villalobos como á enemigo: tuvo

que retirarse y murió de tristeza en Amboina. La escuadra toda se dispersó y derrotó; y los pocos españoles que quedaron y los relijiosos agustinos que venian en la espedicion se fueron á Goa y desde alli á Lisboa.

Felipe II heredo con el trono de España el empeño de conquistar el archipiélago de San Lázaro, y por sus órdenes salid del puerto de Natividad el 21 de noviembre de 1564 Miguel Lopez de Legaspi con dos navíos, un pequeño galeon y un patache llevando en su compañía al padre Andrés de Urdaneta que habia estado antes de tomar el hàbito en las islas y con él á otros cinco relijiosos agustinos. El patache navegaba delante sondeando, mas se perdió de vista el 31 de diciembre: su capitan don Alonso de Arellano y un mulato de nombre Lope Martin que era el piloto, se convinieron para desertarse, ir á buscar oro á la isla de Mindanao por su cuenta y regresar á América. Legaspi descubrió el 9 de enero de 1565, una isla que llamò de los Barbudos; y el 22 las Marianas en donde se detuvieron à hacer aguada y proveerse de vituallas que les vendian los naturales por efectos europeos, en especial por hierro á que daban gran valor. Trataron mal á los españoles y hasta los apedrearon cuando se alejaban de los buques; sin embarho, salió pacíficamente el 3 de febrero, y el 13 avistó la tierra objeto de su viaje. Desembarcó en Tandaya y Abuyo: tratò de ganar la voluntad de los naturales y les hizo regalos; les pidió trajesen víveres prometiéndolos pagarlos bien, mas solo pudo lograr llevasen al campamento un huevo y un gallo.. Viò que era necesario ír á otros puntos en busca de comestibles y se dirijió á la isla de Bohol en donde sabia que habian sido amigablemte acojidos los que habia enviado en la anterior espedicion Villalobos cuando se halló que sus habitantes abandonaron el pueblo y huyeron al monte sin poder atinar el motivo de esta esquiva conducta. Encontrábase en la rada una embarcacion de Borneo. Legaspi envió

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á reconocerla; mas su comandante creyendo iban á apre sarla disparò á metralla con artilleria de corto calibre y mató á un soldado è hirió á otros veinte. Entonces los nuestros atacaron, mataron al capitan, hicieron prisioneros al piloto con seis hombres mas, habiéndose escapado. los restantes á fuerza de remo en un botecillo que llevaba á remolque la embarcacion. Legaspi, despues de admitir sus disculpas mandó devolverles todo lo que les pertenecia y les dió libertad para volver á su barco. Agradecidos á este acto de bondad, dieron al almirante todas las noticias que estaban á su alcance y entre otras cosas le informaron de que dos años hacia habia pasado por alli un buque portugues que habia maltratado á los naturales y que por esta razon se retiraban ahora al monte confundiéndolos con los que eran el objeto de su encono. Vió desde luego Legaspi que importaba sacar á los isleños de su error, y rogò al piloto Borneense saltase en tierra y trajese si posible era al régulo de la isla á su presencia. Obedeció el malayo mahometano y persuadió á Sicatuna à que se sangrase con los españoles en prueba de amistad. Envió Legaspi á un soldado para efectuar esta ceremonia, mas el regulo sicatuna le hizo sangrar con su hijo, ofreciéndole ir él á bordo á verificarlo con el almirante si quedaban en tierra de reenes dos españoles y dos de los moros de Borneo, Hízose asi todo y se consiguió que los naturales perdiesen el miedo y viniesen á vender comestibles. Tratólos siempre bien Legaspi y aun de efectos que se tomaron en rancherias y embarcaciones desertadas, mandó tomar nota para pagarlos cuado se presentasen sus dueños, mas no pudiendo hacer bastante acopio de víveres para despachar un buque á nueva España, saliò el 22 de abril con direccion á Cebú en donde le pareció que si no de grado se proveeria por fuerza de lo necesario, en castigo de la alevosía cometida con Serrano y sus compañeros. El 27 ancló

en Cebú y envió un recado á tierra mandando al reyezuelo que se le presentase. Era este entonces un tal Tupas: rogò al mensajero que no se hiciera fuego contra el pueblo y prometió ir al dia siguiente á bordo, mas pronto se viò que solo trataba de ganar tiempo para subir al monte todo lo de algun valor y luego oponerse al desembarco de los Españoles tomando posicion en las Canoas y en la playa. Despues de haberles enviado infructuosamente tres parlamentarios, con anuencia del padre Ordaneta que habia venido con el titulo de protector de indios, se acometió contra ellos y huyeron á los primeros tiros, de modo que al saltar å tierra no hallaron á nadie; el pueblo estaba ardiendo. A alguna distancia de este encontraron treinta fanegas de arroz y algun mijo. Trescientos hombres se presentaron à quitarselo pero con disparar algunos fusiles echaron todos á correr. Establecióse Legaspi en tierra y aunque los isleños no se atrevian á presentarse de dia incomodaban por las noches á favor de la espesura de las palmas hasta que pusieron fuego en el campo: entonces mandò arrasar todo lo que se encontraba en la vecindad y construyó un fuerte de madera. De aqui no podian alejarse sino con gran precaucion. A un jentil-hombre del jeneral que se fue paseando por la orilla de la mar con su fusil, le derribaron con una flecha, le cortaron la cabeza y se la llevaron embarcándose en un bote. El jeneral mandó por precaucion que los jentiles-hombres le hiciesen la guardia de noche; esto disgustó á estos señores y un dia al pasar la revista le dijo uno de ellos en nombre de los demas que se negaban á prestar este servicio, En castigo de su insubordinacion los puso en una compañia de soldados rasos, pero movieron tal alboroto que mandó ahorcar à los mas turbulentos llamados Mena y Terresan. Por fin pudo lograr Legaspi que se presentase Tupas; le regaló, le perdonò en nombre del rey la alevosía cometida con los de la espedición de Ma

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