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los demas; me mostraron muchas piezas, que pretendiam ser malas, y of esclamar bastante contra Casens. Yo habia asistido por espacio de cinco años de mansion en la Isla de Francia á todas las carenas, y calafaterias, que se habian hecho, y estaba por lo menos tam en estado como el fiscal Contador y general del Galeon, de juzgar de las piezas que me enseñaban, y del estado de todo el barco. En fin, se hizo un proceso verbal, que firmaron los Comisarios y se probó por este proceso verbal, que la obra de Casens no valia nada. El fiscal hizo el gasto de la comida, y nos volvimos la misma tarde.—Lo que hay de singular es, que las dos mismas personas, el fiscal y contador firmaron este dia contra Casens, siendo asi que habian firmado en su favor en la primera visita, que fue hecha el 23 de octubre del año precedente. De vuelta á Manila fuí á ver al Gobernabor: & habia sabido mi ida all buque; en consecuencia me preguntő lo que habia visto: yo le res pondű únicamente que habia visto á los oficiales nombrados por su decreto, hineer muy nigunosamente su deber. Estuve casi temitado die respondente lo que yo pensaba verdadienamente, á saber:: el no weer mas en ningun procese verball despues de Baker visto ell que se acababa de hacer á bondo de la Sunda Kosu.. Me dijo el Gobernador que este negocio se enviaria a la conte y haria bastante daño al Señor Casens. Desde el dia siguiente de la visita se empező á deshacer toda la obna de Casens, el porque proce90 verbal asi lo disponín. Se calhflatten,, se levanta asimismo el primer puente, porque se ballaba que el barco no admittin bastantes efectos en su cala, y em lugar de ocho ő nueve mil pesos, le costó al Rey mas de cincuenta mil; har porque ademas de los ocho, ó mueve mil pesos que bin costado ya el calaffatteo de Casens se valieron del

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purecer de los constructiores, que habian como he dicho

tasado el calafateo en cuarenta mil pesos. Algunos españoles me aseguraron que yo veia en esto un bosquejo de lo que pasaba ordinariamente en Manila. »

Hacia este tiempo acaeció un incidente que necesita alguna esplicacion. Estaba prohibido desde 1695 el comercio de Manila á todo buque europeo que no fuese portugues; se admitian, sí, á los asiáticos, es decir chinos, moros, indios &c. y se permitia á los españoles el pasar á las costas de Asia esceptuando los puntos ocupados por los franceses, ingleses y holandeses, que entonces eran pocos. De esta ventaja no aprovechaban los españoles, porque se hacia en aquella época preciso tener en los puertos de la India, en donde se quisiera cargar, un factor que acopiase y preparase los efectos; y los comerciantes de Manila no entendian esto ó no gustaban de tomarse tanto trabajo; solo habia dos buques de 150 toneladas que iban á China. Los armenios y otros estrangeros inteligentes y activos venien á abastecerlos de los efectos que necesitaban para el galeon de Acapulko. Despues de la partida de los ingleses se trató de dar un cumplimiento positivo á dicha ley de 1695, no admitiendo á ningun buque estrangero; mas & cómo procurarse los géneros de la India? Se recurrió á un arbitrio. El buque francés ó inglés entraba con bandera mora y se llamaba El Sultan Omar, ú otro nombre musulman. Un indio ó moro hacia el papel de capitan y dueño del barco: el verdadero capitan y sobre cargo eran sus criados é intérpretes estos iban á todas partes llevando consigo al moro cómico; y compraban, vendian y arreglaban sus negocios. Todo el mundo estaba al corriente de esta farsa, y solía valer algunos regalillos á los que la toleraban. La fragata francesa La Union llegó en 1766, y Don José Raon, mostró á Mr. le Gentil, los hermosos presentes que su capitan moro le hizo. Mas el fiscal presentó á la

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audiencia un recurso contra este buque, y contra otro que se hallaba á la misma sazon en el puerto llamado Sultana Begam. La audiencia proveyó un auto en el que dice «que en atencion á lo que pedia el Señor fiscal contra el Señor Labat, y contra muchos españoles que le habian comprado mercancias prohibidas, é igualmente contra todos los que favorecian en Manila este comercio ilícito, &c. declaraba que era preciso suspender é impedir toda especie de prosecucion contra el dicho Labat, y españoles, que habian comprado mercancias prohibidas pues, continúa el decreto, aunque la Real audiencia halla la peticion del Señor fiscal digna de consideración, y que está en derecho de pedir lo que refiere; la Real audiencia ve como cierto, que toda la ciudad será cómplice, asi como tambien las religiones, y otras personas ecsentas y constituidas en dignidad, que durante cinco años, esto es, desde la paz, que ha durado este comercio, se han provisto de las cosas necesarias á sụ propio uso Ꭹ al de su casa y su familia; las consecuencias pues serán funestas á estas islas , y acaso desagradables á S. M.»La Real audiencia se reserva aquí el dar cuenta á S. M. de todo lo que estos barcos en cinco años habian llevado á las islas Filipinas, y acaba asi su decreto.=" .«Y á fin de que en adelante se evite semejante desórden, se notificára á los asiáticos, que han venido en los dos barcos á la noble ciudad de Manila, y al comercio, que por la misma razon, si vienen á estas islas, con ingleses, franceses y holandeses, ó cualquiera otra nacion, á quien está prohibido el comercio, aun cuando estas personas no sean mas que pasajeros, se procederá contra ellos en el todo el rigor de derecho &c.»

En el año de 1767 llegó el nuevo arzopispo de Manila trayendo bulas para sujetar á los frailes curas párrocos á la

visita diocesana. Estos se resistieron á obedecer protestando los perjuicios que de esta disposicion debian seguirse y que tenían que representar al rey: en fin, dijeron que ellos habian recibido los curatos sin esta condicion, y que si se les queria apremiar áà someterse á ella los renunciaban desde Juego volviéndose á sus respectivos conventos, quedando dueño el arzobispo de llenarios con clérigos. Este último arbitrio no estaba en aquel momento en su poder, por no tener de quien echar mano, y asi hubo de recibir la forzo= sa. El rey contestó á la representacion de los frailes que se veria en consejo y se les haria justicią.

Hácia este tiempo recibió el gobernador una real órden de 31 de julio de 1766, espedida en consecuencia de relaciopes enviadas por religiosos acerca las depredaciones cometidas por los moros en las costas de las islas. En ella se estrecha fuertemente al gobernador general á castigarlos y reprimirlos por todos los medios posibles, diciéndole el rey que descarga en él su conciencia. La de D. José Raon, sin embargo, no era muy escrupulosa, y en todo el tiempo de su gobierno, no hizo el menor esfuerzo para reparar los muros, ni auyentar los piratas, nise ocupó en otra cosa que en hacer dinero. Volvió La Buen Consejo; tuvo con él Casens muy reñidas disputas acerca de lo ocurrido con la Santa Rosain hasta el punto de no saltar en tierra á causa de temer por su seguridad personal. Salió Casens llevando consigo á los jequitas.

Llegó, á relevar en 1770 á D. José Raon, D. Simon de Anda y Salazar; el cual lo halló todo, en el mismo estado que lo habian dejado, los ingleses, le hizo sufrir una seve ra residencia, concluyendo por meterle en prision (en donde murió, tal vez de pesadumbre) junto con su hijo y el secretario del gobierno Cosio, á quien despues envió á España bajo, partida de registro.

Llevaba órden Anda de esterminar á los piratas y de pos ner à Manila en buen estado de defensa; todo lo cual cumplió con el celo, y actividad que era de esperar. He aquí los buques que tenia armados á mediados de 1771, construidos, quasi todos en Pangasinan, Cavite y Zambales.

Fragata San Carlos, con 18 cafiones de á 6.

Idem San José, con 32 cañones de á 8, 6. y 4.

Paquebot Nuestra Señora del Rosario, con 12 cañones de á 2 y 10 falconetes.

Idem San Josè, con 10 cañones do 2 y 16 Galconetes. Idem Nuestra Señora de Guadalupe, con 12 cañones de 44 y 2 y 10 falconetes.

Idem San Telmo, con 10 cañones de á 4, 3 y 2 y 10 fal conetes.

Bergantin San Carlos, con 8 cañones de á 4, 3 y 2 y 8 falconetes

Goleta Soledad, con 8 cañones de á 4 y 20 falconetes. ¡ Galera Santa Clara, con 8 cañones de á 6 y 30, falconetes. Galera Santa Rosa, con 6 cañones de á 6 y 4 y 24 falcopetes.

Idem Santa Teresa, con 6 cañones de á 6 y 3 y 29. falconetes.

Idem Santo Niño, con 10 cañones de á 6, 4 y 2 y 14 falConetes.

Idem San José, con 4, cañones de á 6y 3y 22 falconetes.
Poutin Santo Niño, con 12 falconetes..

Lancha Soledad, con 2 cañones de á 4 y 10 falconetes..
Idem Señora, con id.............. id saan maaa

Dos, faluas.

Tres botes.

Se armaban cuando era necesario.

Le tocó a este gobernador una ingrata mision;; la de re

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