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ta. Se enfurecieron los indios con este hecho, y juntándose en bastante número, maltrataron la familia del alcalde, mataron un cuñado suyo, un entenado y un aleman, yá él lo pusieron en la picota, donde despues de liaberle dado crueles azotes, lo mataron á lanzadas. Los agresores se presentaron al Sr. Anda, pidiendo indulto de este delito, y viendo que era tiempo de conceder, no les hizo nada (1). Las provincias de Bulacan y Pampanga no solo estuvieron fieles, sino que fueron el único recurso de los españoles, aunque no faltaron malvados que hicieron sus estorsiones; robaron las haciendas, y mataron, al lego dominico que habia en Pandi. Todos estos eran delitos de particulares, y no de la nacion, y asi se debe decir que todas estas provincias que son las mas cercanas de Manila, estuvieron pacíficas y no se sublevaron contra los españoles.»> Hasta aqui el P. J. Martinez. He aqui, lo que dice el P. Jesus de Sta. Maria en su narracion de

(1) En el pueblo de San Pablo de los montes, se alzaron los indios y los chinos, y mataron á su P. ministro llamado Fr. Francisco Fierro, y lo mismo hicieron los de Tanavan con el suyo llamado Fr. Andres Enriquez ambos agustinos Tambien mataron á su propio cura los del pueblo del Rosario en la misma provincia. Lo mismo hicieron con otros varios frailes de otras religiones, á escepcion de la compañia, por que ésta hacia á dos caras, pues por un lado eran del ingles, y no se metió con ellos: por otro lado eran del Sr. Anda aunque este se recelaba mucho de ellos. Toda esta provincia de Batangas y la Laguna estaba llena de pícaros alzados, é hicieron en ella grandes daños. En el pueblo de Tabayas, nos mataron los alzados macazares al P. Fr. Manuel Arias. El ingles fue marchando en tropa formada hasta San Pablo, buscando víveres protegiendo á pícaros salteadores, y prendian frailes

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estos sucesos. «En la provincia de Panai se descubrió que el alcalde Quintinilla estaba corrupto por el inglés, á quien tenia dispuesto entregar la provincia, pero advirtiéndolo con tiempo los frailes agustinos Fr. Tadeo de la consolacion prior de Capiz, y Fr. Francisco de Valenzuela prior de Panai, llamaron á otros compañeros y juntaron armas, y estando todo dispuesto, prendieron una noche con mucho silencio al dicho alcalde, Ꭹ lo aseguraron en un calabozo de la fuerza de Capiz, y quitándole el baston, se lo entregaron al maestro Barte cura de Aclan, para que mantuviese la voz de España: dieron parte de lo egecutado al Sr. gobernador Anda, quien lo aprobó y dió muchas gracias por ello en nombre del rey nuestro amo y señor. He visto la carta. En la provincia y ciudad de Zebu hubo tambien alboroto de los alzados; pero con unos pocos que ahorcó el alcalde Labayan se pudo sosegar presto, ayudando siempre los

agustinos hasta que el Sr. Anda-envió desde Bacolor á Don Pedro Gastambide, noble vizcaino, cuyas proezas heróicas por mar y tierra egecutadas en estas Islas Filipinas, serian digno asunto de una gran historia. Este pues fue con su tropa á Batangas, y con facultades de teniente de Gobernador general, y alcalde mayor de aquella dilatada provincia, y fue tal su valor, fama y conducta prudente, que con unos pocos que ahorcó, puso en paz tranquila á todos los indios revoltosos, despidió la tropa, y se quedó alli de alcalde hasta que dos años despues, fue allá con mano armada un español llamado Cabanillas, y con orden de la real audiencia hizo el castigo y venganza merecida, en aquellas dichas provincias. (Historia manuscrita del sitio de Manila por el P. Jesus de Sta. Maria.)

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fralles agustinos, como fieles y leales vasallos del rey y de la patria. Podia copiar aqui el informe de este alcalde Labayan y del Sr. obispo Ezpeleta, á nuestro favor y alabanza; pero este es un compendio solamente, y no admité digresiones. En las demas provincias Bisayas, y de Camarines, Albay, Leite, Samar, Iloilo y Samboanga, no fueron tan manifiestos los movimientos; pero con todo no faltaron despachos de los alcaldes al Sr. Anda, diciendo que los indios andaban ocultamente alborotados, y haciendo juntas muy frecuentes y eaviándose embajadas de alzamiento.»>

Pero volvamos los ojos á los alrededores de Manila. El principal objeto de Anda fue cortar el paso de los ccmestibles que era lo mas que por el pronto podia egecutar, y con esto incomodaba mucho á los enemigos. «Determinaron tomar el sitio de Pasig para dejar libre el paso á los vívercs que venian de la Laguna. El dia 8 de noviembre salió Tomas Bakouses, que los españoles pronunciaban Becus con quinientos hombres por la mano izquierda del rio, llegó frente de Maibonga, donde estaba el famoso Bustos con sus cagayanes, para defender el paso del rio, dió una descarga á los primeros ingleses que se avistaron, y luego que estos le correspondieron con su fusileria se retiró á Mariquina con su gente. Pasaron los enemigos el rio sin tropiezo, y enviaron un oficial con bandera blanca á intimar á los indios que se rindiesen. El gobernadorcillo que era un hablador, le respondió que no era lo mismo Pasig, que Manila, que si esta la habian entregado traidoramente los españoles, él defendería su pueblo, y que si volvia otra vez con bandera blanca, treta con que engañaban á simples, le ahorcaria de un arbol. Volvió el oficial con la respuesta al comandante, que hizó marchar la tropa en órden Y

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mandó disparar dos cañones de campaña que llevaba, los cuales aturdieron de tal modo á los indios, que huyeron precipitadamente, y se atropellaron tanto en el puente que hay cerca del convento, que muchos cayeron al rio. Los ingleses se apoderaron del convento y beaterio sin resistencia, y persiguieron á los indios como si fueran tras un rebaño de cabras hasta el rio de Bamban que pasaron á nado todos los que tuvieron la fortuna de que no les cogicsen las balas. El rey de Joló que estaba defendiendo un puesto con la gente de su familia, se entregó prisionero. Los ingleses fortificaron este sitio y se man-. tuvieron en él hasta la paz.» Los indios pampangos comandados por un religioso recoleto y otro agustino, se adelantaron á la hacienda de Maysilo, que dista como dos leguas de Manila, esperanzados de que Bustos los sostendria en cualquiera evento. Salieron los ingleses á desalojarlos y les armaron nuestros indios una emboscada, en que se quiso hacer creer les habian muerto á flechazos mucha gente; pero oí á un religioso verídico que los indios no hicieron mas que tirar sus flechas Ꭹ echar á correr, lo que él vió desde la torre de Tambobon con un anteojo. Lo cierto es que los ingleses quemaron la casa de Maysilo, y entraron en Mania con sus cañones de campaña sin que se echase menos ninguna tropa de la que salió. Los PP. agustinos seguian presos en su convento aunque se les permitia salir algunas veces con tal que fuese para dentro de la ciudad, repentinamente se dió contraorden privándolos de aquel permiso. Se creia hacian · estas demostracioues los ingleses para que les entregasen la plata que tenian escondida; pero firme el procurador en no manifestarla, se les trató de traidores, porque sus hermanos favorecian el partido de Anda, y fueron recogiendo religiosos hasta el número de doce, y los embarcaron pa

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ra llevarlos á Europa: de esto se libró uno por ruegos del arzobispo. Embarcados los PP. entraron los ingleses en su convento y lo saquearon de modo que no dejaron nada en él. Encontraron seis mil pesos de plata acuñada que habian escondido en un jardin y la plata labrada que habian ocultado, cudo se trató de pagar el millon, sin perdonar á las reliquias de los santos que tiraron por el suelo, para llevarse los relicarios en que estaban metidos. El convento de Bulacan estaba algo fortificado con tres cañoncitos y seis falconetes, algunos artilleros, y muchos indios con lanza y flecha. Los ingleses querian desalojar de aquel sitio á las tropas del Sr. Anda, para lo cual salió una armada el dia 18 de enero de 1763, á cargo del capitan de granaderos Eslay, que llevaba como seiscientos hombres de desembarco, muchos de ellos chinos, que seguian el partido de los ingleses. Quisieron entrar en la barra de Binoangan, pero impidiéndoselo el viento, siguieron adelante para entrar por la barra de Pumarava, que va á parar á Malolos. El dia siguiente se hallaron en esta barra, y navegando por esteros como dos leguas, llegaron á Malolos, donde hicieron el desembarque sin que nadie se lo impidiese, porque las tropas que teniamos alli, se retiraron precipitadamente, los indios hasta sus casas y los españoles al convento de Calumpit. Los ingleses fueron caminando á Bulacan, salió Bustos á reconocerlos, y viendo que eran superiores á los nuestros, volvió al convento á persuadir al alcalde mayor y un P. Recoleto que gobernaban aquel sitio, que quemasen el convento y se retirasen, y no pudiendo convencerlos se retiró con su gente. Llegaron los ingleses á vista del convento, y los nuestros les hicieron bastante daño con un cañon cargado á metralla, que enfilaba la calle por donde venian; y como los chinos llevaban la vanguardia, fueron los úni

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