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le empleó. Bustos murió de un tabardillo cojido en la caza en 1773, y se ignora lo que hubiera sido de el si hubiese gozado de mas vida. Mas admitiendo que le trató mal, ¿quien sabe si nuestro héroe tenia defectos que ninguno conocia mejor que Anda? ¿Porqué no le sacó de la pobreza y nulidad el Gobernador Arandia que le habia traído de España? ¿quien sabe si se envaneció, creyéndose el verdadedero y único libertador de las Islas y no tuvo por Anda la consideracion y el respeto que su categoria, sus nobles hechos y sus canas exigian? ¿Cómo no le entró antes la emulacion, sino que condujo él mismo á Bustos á Madrid y le presentó al Rey diciéndole, este ha sido mi brano derecho; y luego le volvió á llevar en su compañia? No sé verdaderamente en que pudo emplearle como no fuese en la espedicion que mandó Cencelli. Mas llevaba orden posi tiva de no hacer fuego: ¿Era pues esta comision para Bustos? Tal vez el que estaba, probablemente, en el secreto lo tomó á desaire. Asi se acusa muchas veces á los hombres de culpas que no han cometido. ¿Que podia temer del renombre de Bustos cuando él ya era lo que mas alli podria ser Gobernador, capitan general y Superintendente de Hacienda? Parece sin embargo que Anda mereció la tacha de brusco. (1). Era incorruptible y desinteresado; español patriota y valiente: apenas habia allí una alma que se entendiera con la suya; no es pues estraño que teniendo en poco á los que le rodeaban, juzgase superfluas las contemplaciones, y ofendiese á muchos con sus palabras, sobre todo á aquellos que no prestaban homenaje á su merito.

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(1) Yo conocí al Sr. Anda: era un muy celoso servidor del Rey y muy desinteresado: continuamenté amenazaba á los de Manila que él iuformaria à S. M. de lo que habia pasado, » Mr. le Gentile 18

Confesaré, si se quiere, que le faltaban a modestia, la virtud de perdonar agravios y el talento de hacerse, amar: pero ¡son tan pocos los hombres que han adquirido de la naturaleza y de la educacion todas las cualidades necesarias para ser un completo buen gobernador, sobre todo en Filipinas! Menos ciertamente, de los que se pudiera creer á primera vista. Yo por mi parte no sé condenarle y no descubro en su gobierno accion alguna por la cual haya empañado la gloria antes adquirida y que sirve para lavar la especie de mancha que, con su conducta poco heroica en la guerra con los ingleses, los vecinos de Manila en estas páginas historicas echaron.

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A Anda sucedió interinamente el Teniente de Rey Don Pedro Sarrio, el cual se vió obligado á forzar á las obras pias á prestar algun dinero al gobierno.

A las dos primeras espediciones de la fragata Buen Consejo habian seguido otras hechas con la Juno, Pálas, Venus, Astrea, etc. y se pensaba seguir en este plan. Al recibirse en Madrid la noticia de la muerte de Anda, se creyó oportuno enviar de gobernador á Filipinas á un oficial de la armada, á fin de que las relaciones de compañerismo entre él y los comandantes de los buques, facilitaran el acopio de sus cargamentos. El Ministro de Marína estimaba á un capitan de fragata, jóven de mucho mérito, le propuso y fue aceptado. Se llamaba Don José Basco y Vargas, y es el mismo que ha sido conocido despues bajo el título de Conde de la Conquista.

Al llegar á Manila fué recibido con desabrimiento por la audiencia, la cual representó contra su nombramiento como humillante para ella, esponiendo que cada uno de los oidores tenia el tratamiento de Señoria y su presidente solo el de usted. Esta observacion era justa.

Basco se aplicó con el mayor ardor á la empresa de re

generar las islas, para justificar las esperanzas que de sus luces y actividad se habian concebido. Puso gran atencion en mejorar las escuelas y estender el conocimiento de la lengua castellana; circuló instrucciones y metodos para beneficiar el añil, el algodon," el azúcar y la seda. Redujo á nuestro dominio las islas Batanes: se impacientaba de ver que los comerciantes y vecinos de Manila no secundaban sus esfuerzos; y con este motivo publicó un papel titulado recuerdo amigable á los habitantes de Filipinas. En él les echa en cara el que esten tan atrasados en los conocimientos que son generales en la Peninsula, pondera la riqueza natural de las islas, su fertilidad y abundantes minas inbeneficiadas, y trata por todos los medios posibles de despertar su estimulo. «Muchas veces, dice, estaremos pisando una jervecilla, que si tuvieramos ojos y algun tiempo del qu e en cosas inutiles echamos á perder, lo dedicáramos á investigar su valor, hallariamos que la naturaleza há deposi` tado en ella una mina....................................

..............Si la voz del gobierno fuera en su eficacia tan poderosa como tiene de grandes sus deseos, esta era la hora de hacer ver á todos los ciudadanos de las islas la negra infamia en que estamos para incurrir en el concepto de nuestros españoles de Europa, si no sacudimos el sueño de la gran ignorancia, en que es menester confesar, que actualmente nos hallamos sobre cuanto puede causar nuestra comun felicidad. »

Este papel en lugar de espolearlos, sirvió para ofenderlos. Los caminos se hallaban cuasi intransitables en las provincias á causa de los ladrones que los infestaban. Nombró jueces llamados de la acordada á imitacion de los que hubo en America, los cuales iban recorriendo los distritos á donde se les habia destinado, junto con un asesor y un verdugo, y á todos los malhechores que se aprendian se los

sumariaba ejecutivamente y aplicaba la sentencia. Estos jueces ahorcaron á muchos criminales, lo que impuso tan grande terror que pronto estuvieron las provincias mas seguras y tranquilas de lo que jamas se habia conocido. La audiencia sin embargo habia representado desde el primer momento con vehemencia acerca de esta medida, que invadia sus mas primitivas atribuciones, y se espidió á su tiempo una cedula mandando al gobernador se abstuviese de entrometerse en la jurisdiccion de la audiencia. Basco, al acusar recibo de la cedula, decia al Rey afortunadamente ha llega do tarde.!

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La contestacion que dió la corte á la representacion de los oidores sobre la categoria de Basco no fué tal cual ellos la esperaban, pues no relevó á este gobernador, sino que le envió el despacho de Capitan de navio, diciendo al mismo tiempo al tribunal que debía tener como á un honor el ser presidido por Don José Basco. Pero ó flaca condicion humana! la envidia y el desabrimiento se convirtieron en despecho, El fuego estaba encendido, solo faltaba un soplo para que saltase la Ilama, como no tardó en probarlo lo que voy á referir. Habia Basco impuesto el derecho de la alcabala: el primer buque que llegó y que estaba comprendido en él, fué el portugues Nuestra Señora de la Luz, capitan Don Cayetano Pereira. Algunos sobrecargos armenios que ve nian en el con efectos de venta representaron que ellos no tenian noticia de este derecho al salir de Madras; pero Basco repitió la orden, ó que de no sujetarse á lo dispuesto se marchase el buque dentro de 48 horas. El fiscal presentó un recurso de apelacion en favor de estos armenios á la audiencia, la cual proveyó un auto anulando la disposicion del gogobernador y dando permiso para desembarcar los efectos sin satisfacer el derecho. Basco alegó ser este un asunto que pertenecia esclusivamente como superintendente de Ha

le

tienda, y con este motivo tuvo con el tribunal contestaciones vivas y picantes en uno de sus oficios decia.-. «Es fuerte empeño el que VV. SS, han tomado. en sostener la apelacion del Sr. fiscal de lo civil á favor de los armenios y portugueses supervinientes de Madras» &c. Mas la audiencia persistió en que los estrangeros dichos habian de desembarcar sus efectos. Por fin el Gobernador inhibió al tribunal de conocer en este negocio, y le pidió devolucion de los autos originales. El tribunal se, negó á ello, y sobre este punto hubo otras contestaciones no menos acervas que las antecedentes. Por fin Basco proveyo un auto del tenor siguiente:-«A consecuencia del oficio de V. S. S. de ayer 6 del que rige, he determinado lo siguiente.-real Palacio de Manila 7 Octubre de 79. -Considerando el superior gobierno que lo acordado por la real audiencia segun se manifiesta en el anterior oficio, es un atentado, atropellando las ordenes del mismo gobierno, su jurisdicion y autoridad por medio de una providencia que dada al publico es escandalosa en sumo grado; y al mismo tiempo puede ser causa de que el mismo publico pierda la subordinacion y respeto á la superioridad, segun el sistema del dia, punto de la mayor consecuencia, particularmente, viendose los estrangeros protegidos con desaire del gobierno, á quien la real, audiencia ha negado unos autos originales, que se le deben restituir de rigurosa justicia, para que en virtud de ellos y sus circunstancias pudiese tomar la ultima y definitiva determinacion, en un asunto tan recomendado, y señaladamente en mis instrucciones reservadas, á que la real audiencia se há desentendido, por mas que se le ha manifestado hallarme con particular real orden sobre la venida de estos barcos, no siendo otra cosa que clara y distintamente menospreciar la voluntad del soberarno, significada por este superior gobierno, en cuyo estre

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